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La incorporación de pisos turísticos al mercado de alquiler no resolvería la escasez de oferta

El Gobierno ha lanzado una ofensiva contra el alquiler vacacional y está preparando una serie de medidas para regular los pisos turísticos. Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y Agenda Urbana, anunció el 3 de julio que ya están trabajando para aumentar la regulación de este tipo de alquileres y modificar la ley de manera urgente. En Bamberry Real Estate te explicamos las últimas novedades al respecto.

 

Sumar ha propuesto al PSOE que incluya en los Presupuestos Generales del Estado de 2025 un incremento fiscal para los pisos turísticos, sugiriendo aplicarles un IVA del 21%, lo que disminuiría su rentabilidad frente al alquiler permanente.

 

Entre las medidas que considera el grupo liderado por Isabel Rodríguez está la modificación de la Ley de la Propiedad Horizontal (LPH) para permitir que las comunidades de propietarios puedan vetar viviendas vacacionales. También se contempla la creación de un registro único de inmuebles alquilados a través de plataformas como Airbnb y Booking. Además, se planea limitar la duración de los contratos de alquiler temporal y exigir una justificación para dichos alquileres.

 

La implementación de estas medidas aún es incierta debido a la falta de detalles específicos. El objetivo del Gobierno es mejorar el acceso a la vivienda y aumentar la oferta de pisos en alquiler. Sin embargo, la intervención previa del Gobierno en el mercado de alquiler ha reducido la oferta disponible.

 

Diferentes expertos y agentes del sector del alquiler vacacional han expresado sus opiniones sobre estas medidas, manifestando que el Ministerio debería comunicar los pormenores para evaluar su efectividad, así como la necesidad de un marco regulador justo que equilibre los intereses del sector turístico y las expectativas locales.

 

La creación de un registro único de alquileres de corta estancia ha sido bien recibida por actores del sector como FEVITUR y Airbnb, quienes creen que facilitará la claridad y el cumplimiento de normas. No obstante, existe preocupación sobre posibles efectos adversos de la regulación, como el aumento de la tensión entre vecinos y la dificultad de justificar temporalidades no turísticas.